miércoles, 11 de junio de 2025

 

ENTRE DIMINUTIVOS Y AUMENTATIVOS

            El lenguaje también se ha polarizado casi como la vida cotidiana y política, aunque aquí no hay un enemigo porque la polarización en el lenguaje es que nos hemos ido a los extremos. Los diminutivos nos invaden sin y así son la normalidad el desparrame de los mismos en cualquier conversación y así pasamos desde “la tarjetita”, “la comidita caserita” y todo aquel con el que usted se haya tropezado, que seguro son muchos. Esto se agrava si usted como interlocutor es mayor, viejo en mi caso, y se acompaña el uso de los diminutivos con esa voz y tono usado con los niños chicos que no entienden, o eso creen, y usan ese tono melifluo y estúpido. Solo te queda ser paciente, torcer el gesto de forma sarcástica y poco más. No digas nada porque no merece la pena.

           En el lado contrario se roza el paroxismo, estoy harto de palabrejos como librazo, calorazo, tiempazo…, hay más, pero para no cansar. Tengo que citar también los calificativos exagerados muy propio de los “periodistas especializados en gastronomía” que ya son casi una plaga y me recuerdan a Martell, pionero en estas lides en el desaparecido Canal7, televisión local aquí en Tenerife. Martell se recorría bares y guachinches de la isla comiendo y bebiendo gratis por esa pequeña promoción. Hoy los que han seguido su estela campan por hoteles y restaurantes de todo lujo donde se hace “arquitectura del plato” y se saborean exquisiteces que van precedidas de calificativos como bestial, de locos (no lo entiendo), excepcional, bestial, espléndido, descomunal, … y, a lo mejor, están comiéndose los restos de un huevo frito con un fisco hierba por encima.

           

En fin, creo que no es bueno que todo tenga estos extremos porque por exceso o por defecto se caen los calificativos, así apliquémonos en ser ecuánimes y volvamos a la normalidad, porque puede hacer buen tiempo, leer un buen libro y casi nos reconciliamos con el hablar bien.

lunes, 9 de junio de 2025

 

LIBROS: SOLO EN BERLÍN. HANS FALLADA



            Si me preguntan ahora el camino que recorrí para llegar a este autor confieso públicamente que no lo recuerdo. Su referencia está escrita en alguna de las libretas donde tomo nota de aquellas cosas que me interesan. Frases, referencias de autores, títulos de libros, todos van a parar ahí, ya luego vemos como lo relacionamos con lo que nos interesa en ese momento.

Hans Fallada (1893-1947) es el seudónimo de Rudolf Wilhelm Friedrich Ditzen que tuvo una vida azarosa y muy accidentada con su padre primero, con el régimen, aunque pudo seguir publicando, así que o no fue muy seria su desavenencia o no se le tuvo en cuenta. Tengo que averiguar esto porque no he encontrado una explicación convincente. También tuvo problemas con su mujer y con las adicciones. También estuvo ingresado en un psiquiátrico.

       


     Solo en Berlín fue publicada en 1947 (Maeva ediciones lo publicó en España en 2011) y el núcleo de la obra hay que situarlo en 1940 donde el miedo envuelve la vida de los ciudadanos en la Alemania nazi, la delación es el pan de cada día y ser desafecto al régimen se paga con la vida. Esto conduce a ejercer una oposición silenciosa y de escaso recorrido por la falta de medios, espíritu y sobre todo por el miedo. Arranca la obra con la carta que llega a casa de un matrimonio de clase trabajadora que tiene a su hijo en el frente y le comunican su fallecimiento. El escaso apego al régimen acaba por resquebrajarse y comienza esa labor de oposición que no voy a desvelar, pero que Fallada aprovecha esta historia para la construcción de la novela. Es un ejemplo que indica que existía una oposición en el interior, aunque siempre atenazada por el miedo a las represalias.

            Alrededor de esa pareja que ha perdido a un hijo y que culpan al régimen se mueven distintos personajes de la vida cotidiana de los trabajadores alemanes que conviven con auténticos camisas pardas delatores que espían la vida cotidiana de aquellos que eran considerados poco afectos al régimen. Hago un inciso porque me acabo de acordar de una encuesta entre jóvenes que prefieren regímenes autoritarios frente a los más democráticos. No saben lo que están pidiendo.

            Les dejo el comienzo de la novela por si se animan.

Capítulo 1

EL CORREO TRAE MALAS NOTICIAS

La cartera Eva Kluge sube despacio los peldaños de la escalera del número 55 de la calle Jablonski. Su lentitud no se debe solo a que la caminata del reparto la ha fatigado, sino también a que su cartera contiene una de esas cartas que odia entregar y tiene que hacerlo dentro de un momento, dos tramos de escaleras más arriba, en el hogar de los Quangel. Seguro que la mujer la aguarda con impaciencia, desde hace más de dos semanas espera recibir una carta oficial del Ejército.

Antes de que la cartera Kluge entregue la carta mecanografiada de los militares, tiene que entregar el Völkischer Beobachter en el piso de los Persicke. Él es funcionario del Partido, dirigente político o algo por el estilo, Eva Kluge aún confunde todos esos cargos. Sea como fuere, en casa de los Persicke hay que saludar diciendo «¡Heil Hitler!» y tener mucho cuidado con lo que uno dice. Bueno, la verdad es que hay que tenerlo en todas partes, es raro que haya una persona a la que Eva Kluge pueda decir lo que piensa de verdad. Ella no siente el menor interés por la política, es una mujer sencilla y como tal piensa que no hay que traer hijos al mundo para que los maten de un tiro. Un hogar sin un hombre tampoco vale nada; por el momento ella ya no tiene nada: ni a sus dos hijos ni a su marido. En su lugar debe mantener la boca cerrada, ir con pies de plomo y entregar asquerosas cartas de los militares que no han sido escritas a mano sino a máquina, y cuyo remitente es un oficial del regimiento.

            También esta obra se ha llevado a la pantalla. Aquí la referencia y aunque la he buscado no anda por las plataformas y solo me queda preguntarle a la mula Francis si la tiene. Hasta aquí esta novela muy recomendable, aunque en algunos momentos se les puede hacer larga y con un ritmo bajo.

domingo, 8 de junio de 2025

 

FIN DE FIESTA

           


Feijóo y Ayuso (en el centro), rodeada de algunos barones del PP, en la concentración convocada por el PP en la Plaza de España de Madrid, este domingo. (foto tomada de El País, edición digital del domingo 8 de junio)Samuel Sánchez 
    Hoy, ocho de junio los enfervorecidos seguidores del Partido Popular celebran el final de fiesta con una manifestación. Envueltos en la bandera y con el patriotismo desbordado escriben un nuevo episodio para marcar al enemigo, porque lo que necesitan es un enemigo y así lo vienen “fabricando” desde hace tiempo. Estos conservadores reaccionarios se han desprendido de todo lo que los conservadores y liberales europeos les podrían aportar y se han echado e n brazos de las posiciones más reaccionarias de la extrema derecha. Cuando el Partido Popular parecía sacar de sus filas a la parte más reaccionaria, VOX, resulta que solo era una maniobra de aligerar equipaje porque caminan por los mismos derroteros.

               En este proceso de radicalización no hay nada nuevo porque el pasado tiene muestras de que la estrategia que ahora lleva a cabo ya ha sido ensayada. Carl Schmitt(1888-1985) tenía muy claro que captar la voluntad de la gente requería, importante, crear un enemigo que sería el depósito de todas las quejas y que éstas se manejaran desde la simplificación y la contraposición constante, de esta manera el resentimiento es el elemento de cohesión para la gente, resentimiento que no necesita razonamiento, solo se dispara desde las emociones y así se agrupan, se amalgaman las quejas contra todo.

               El siguiente paso es encontrar quien canalice las quejas y para eso se necesita un líder, que es fácil fabricar porque el aparato ideológico es mínimo o nulo, solo es necesario que se haga eco del resentimiento que se ha ido sembrado y enforcado hacia el enemigo. ¿Por qué sube el pan? Culpa del enemigo; ¿Hay más inseguridad en las calles? Culpa del enemigo, y así hasta donde haga falta porque el resentimiento se alimenta cada día con bulos o con lo que haga falta, así la manifestación de hoy de los populares tiene el odio almacenado con la última reunión de presidentes de comunidades que hicieron descarrilar, o llevarla a su pseudo destino imponiendo los conservadores un orden del día que sirviera solo para sus arengas. Ese órgano institucional se convierte en caja de resonancia de sus odios y da pie, una vez más, a seguir erosionando el estado democrático en el que no creen.

               El caldo de cultivo del odio lleva tiempo cociéndose y cada día se buscan triquiñuelas para que no decaiga y no importa sujetarse a la realidad porque los incondicionales solo ven lo que los líderes conservadores quieren que veas y escuches. No hay nada fuera de esa realidad creada por interés para seguir alimentando el resentimiento y el odio hacia el enemigo. Esta lenta pero constante radicalización de los mensajes les da fuerzas para decir y hacer público cosas que, seguro que pensaban, pero no se atrevían a decir en voz alta, ahora sí, y para ejemplo las declaraciones de Esperanza Aguirre defendiendo la dictadura frente a la Segunda República. Están tirados al monte.

               Como habrán leído a Carl Schmitt saben que compactar el cuerpo social que les sigue requiere de un líder, un líder indiscutido dentro de los suyos y solo se le exige que cada una de sus intervenciones sumas quejas y culpabilice al enemigo que lo que interesa, sin embargo creo que este líder de esta derecha reaccionaria española no está a la altura porque Núñez Feijoo ejerce un liderazgo en precario, algunos de los suyos estarían dispuestos a lanzarse a la yugular para ocupar ese puesto y candidata hay porque la presidenta de la Comunidad de Madrid estaría encantada de seccionarle la yugular y abandonarlo en borde una carretera, pero no da el paso seguramente porque los apoyos con los que cuenta no están lo suficientemente consolidados, o puede que haya alguno más que le dispute el sitio.

               En fin, esto va a peor los vientos que corren en Europa y fuera de ella lo que consiguen es que sigan creciendo y pidan insistentemente elecciones anticipadas porque se ven con la suficiente fuerza para alcanzar el poder a través de las urnas y luego seguir los ejemplos del pasado y del presente que hay muchos.

jueves, 5 de junio de 2025

LECTURAS: K. L. REICH. JOAQUIM AMAT-PINIELLA









Joaquim Amat-Piniella


K.L. Reich

Libros del Asteroide

           “-Le tememos a la muerte, eso es todo. Mucho, demasiado. Nuestra indiferencia es cobardía. Asesinan a nuestros amigos, a nuestros deudos, sabemos que tarde o temprano nos tocará idéntica suerte y, sin embargo, somos incapaces de un pequeño gesto de hombría.
            - Época de sentido práctico, la nuestra.
            - Hablo de un gesto que tenga valor individual.
            - Romanticismo de otro tiempo.
            - Me revuelve el estómago pensar que, si sobrevivimos, nos van a considerar como mártires, como héroes. Habremos sido prudentes, nada más.
            - El suicidio no es la solución. Debemos reservar nuestras fuerzas para momentos más propicios.
            - Si tanto nos refrenamos, terminaremos por andar a gatas.
            - Depende de lo que nos esforcemos por continuar de pie.
            - Soy el primer impotente, lo reconozco, pero si salgo de esta no se me quitará jamás el escozor de mi cobardía.

            El sol se dejaba caer sobre la plaza con violencia creciente. Los músculos se habían ablandado y una postración dolorosa se apoderaba de la multitud sin vitalidad. La tierra se había secado y el polvo se iba pegando a la piel humedecida por el sudor. Asomados a la barandilla que coronaba los muros, unos SS tomaban fotografías. Podrían mostrarlas cuando hiciera falta cantar las glorias del nacionalsocialismo. Les acompañaban unas muchachas con el uniforme del partido” [Ob. cit. pág. 100]

LECTURAS: EL PRESTAMISTA. EDWARD LEWIS WALLANT














       




        “Empiezas con miles de años en los que no tienes nada salvo una barba que se convierte en una leyenda, nada más: no tienes una tierra que cultivar, ni una tierra donde cazar, ni el tiempo suficiente para vivir en un sitio y poseer un paisaje o un ejército o la mitología de un país. Solo tienes un cerebro en la cabeza y esa leyenda de la barba para convencerte de que hay algo especial en ti, incluso en tu pobreza. Pero ese cerebro en tu cabeza es la clave. Gracias a él consigues una pequeña pieza de tela, de lana, de algodón, o de seda, porque eso da igual. Coges esa tela, la divides por la mitad, y vendes las dos partes por un centavo o dos más de los que has pagado. Y con este dinero compras una pieza un poquito más grande, que a lo mejor podrás cortar en tres partes, a las que les sacarás un beneficio de tres centavos. Cuando llegues a ese punto, nunca debes caer en la tentación de comprarte una hogaza de pan o de hacerle un regalo a tu hijo. Enseguida debes comprar otra pieza de tela más grande, o dos piezas, y repetir el proceso. Y continúas y continúas hasta que no tienes ninguna tentación de arar la tierra o de cultivar alimentos, y no sientes ya ningún deseo de contemplar un terreno que puedas llamar tuyo. Y repites este mismo proceso durante. Y entonces, voilà: dispones de un patrimonio mercantil, y ya has alcanzado la fama de comerciante y de ser una persona con poderes ocultos: usurero, prestamista, brujo y vete a saber qué más. Pero cuando lo has conseguido, todo se convierte ya en instinto. ¿Ves cómo resulta muy simple? Esta es mi fórmula para el éxito” [ob. cit. págs.. 70-71]

REINICIO

     Después de años en estado latente se me ocurre que puede tener vida, segunda vida, este espacio de reflexión. la idea no es renovar y cambiar de aires, sino seguir en la misma línea comentando libros películas y la misma actualidad que la verdad da para mucho, porque estos tiempos son muy convulsos.

    Lo ya vivido me ha hecho tropoezar con el cambio de régimen, con la caída de la dictadura; varios papas que se han muerto y con conflictos que han ido saltanto de un lugar a otro, pero que aún así conservan elementos que les hacen similares, sobre todo, en los desastres que ocasionan.