Que
somos políglotas de nuestra propia lengua no es descubrir nada nuevo, al
contrario esa “sapiencia” nos permite usar registros distintos en situaciones
diversas, desde la charla de barra de bar hasta el discurso académico el
abanico es amplio, ahora bien no alteremos significados a gusto y capricho del
hablante y el momento. Álex Grijelmo lo aclara: “El primer deber de las palabras es respetar su significado,
aquel del que se impregnaron por su uso al través de los siglos. Y que puede
variar, desde luego, pero nunca de un día para otro; y mucho menos por la
decisión interesada de quien las use.” (El País, 17/01/16)
Cuando se escucha a la “nueva
política” hablar de turnismo como sinónimo de bipartidismo, creo que se induce
al error de forma deliberada. El turnismo queda claro, su significado, tal y
como lo explican Julián Casanova y
Carlos Gil Andrés en Breve historia de España en el siglo XX. En el texto que
se transcribe a continuación se pueden disipar las dudas.
[…] El funcionamiento del sistema político era bien conocido por los
contemporáneos. El voto de las urnas no determinaba la composición del
parlamento y éste a su vez, el signo político del poder ejecutivo, sino que era
la prerrogativa regia la que decidía el Gobierno, quien “fabricaba” una cámara
legislativa favorable. En efecto, cuando se producía una situación de crisis o
se consideraba que la acción gubernamental había desgastado a un gabinete se
ponía en marcha el mecanismo del turno. El Rey nombraba entonces presidente del
consejo de ministros al líder del partido contrario y le entregaba el decreto
de disolución de las Cortes. Antes de convocar las elecciones generales se
producía la operación del encasillado. Desde el ministerio de la gobernación se
acordaba el reparto de escaños y se nombraba a los gobernadores civiles, los
encargados de pactar con las élites provinciales y los notables locales una
elecciones amañadas que garantizasen el resultado esperado. De esa manera, el
gobierno de aseguraba una cómoda mayoría. [ob. cit. pág. 25]
El bipartidismo, predominio, que no exclusividad de dos
partidos tal y como se da en España en este periodo democrático no tiene nada
que ver con el bipartidismo del siglo XIX. Los trabajos de Julián Casanova
pueden sacar de dudas a quien las tenga.
Otra falacia es hablar de segunda transición, algo que no
es nuevo ya que en “la vieja política” José María Aznar utilizó la misma
expresión para acuñar el comienzo de su primer gobierno. Los autores ya citados
[…]
El 20 de noviembre de 1975, la fecha de la muerte de Franco, no había ningún
guión escrito, ningún camino fijado de antemano para que una dictadura
autoritaria de casi cuatro décadas se convirtiera de manera pacífica en una
democracia. Las cosas evolucionaron de una manera determinada, pero pudieron
haber sido distintas.
[…]
Cuando los socialistas llegaron al poder, después de la victoria arrolladora de
octubre de 1982, se podía decir que la Transición había concluido y que la
democracia caminaba hacia su consolidación. [ob. cit. págs.. 203-204]
Julián
Casanova/Carlos Gil Andrés. Breve historia de España en el siglo XX. Ariel
quintaesencia; mayo, 2012.