Ayer tuve la oportunidad de ver el último
trabajo de Ben Affleck como director y actor: Argo, en la que cuenta la salida
de Irán de seis trabajadores de la embajada norteamericana que habían huido en
el mismo momento que la sede diplomática fue tomada por los seguidores de
Jomeini en 1980.
Tengo
que confesar que estaba un poco escéptico, porque aunque lo que había leído y
escuchado sobre la película eran, en general, buenas críticas, moderadas eso
sí, me resultaba difícil de ver a este actor en el papel de director con
capacidad para contar una historia como esta. Creo que no es fácil contar una
historia que sabes de antemano el fin de la misma, basada en hechos reales y un
tema en el que es tan fácil el maniqueísmo de buenos y malos, sin embargo
resuelve la situación acertadamente porque, en primer lugar y en un tono muy didáctico
coloca al espectador en el escenario adecuado haciendo un recorrido por los antecedentes
del asalto a la embajada (a unos les recuerda las secuencia de los hechos, a
otros los enfrenta al problema, sin más), en un equilibrio descriptivo sin
juzgar, solo abunda en un relato expositivo y bastante neutro.
Intercalar
imágenes reales y una buena caracterización coloca la historia con un contexto
que arropa unos hechos que se podían cargar de un patrioterismo barato, tan de
moda últimamente. Junto a la situación de los fugados de la embajada y la
narración del entramado organizado por el agente Tony Méndez (Ben Affleck)
mantienen la tensión durante el metraje, dos horas, consiguiendo fijar la
atención del espectador.
A
pesar de salir satisfecho del cine, no acabo de quedar convencido de las dotes
como actor de Ben Affleck porque me parece poco convincente, yo no me lo acabo
de creer, me cuesta verlo como un agente con peso y recursos para la tarea que
encarnaba, aún así sale bastante airoso, por lo menos eso es lo que me cuentan
los que lo han visto en esta película. Yo no estoy tan convencido.
A
pesar de lo caro que se ha puesto ir al cine, creo que es una buena inversión
ver esta película en la gran pantalla, porque solo me he referido al intérprete
principal y poco más, pero el resto de actores, lo bordan, incluso tienen un
parecido físico con los verdaderos protagonistas casi perfecto, lo que incluso
ayuda a la historia, así como algunas de las recreaciones que intentan simular
al máximo la realidad que representan.
Argo,
garantiza una buena tarde/noche de cine.