martes, 31 de marzo de 2009

CODICIA

Cada día que pasa se vuelve más complicado entender esto de la crisis. Cuando parecía que ya estaba detectado el problema y puesta la solución, es decir, los millones y millones de euros o dólares, parece que no, que no sólo hay que poner ingentes cantidades de dinero, también tenemos que tener confianza en los mismos que han dilapidado el dinero y que pretendían tener ganas que ni viviendo mil vividas llegarían a gastar. Estamos empantanados en el mismo lugar, pero con el nudo corredizo al cuello más apretado, porque aumentan los despidos. Piden los banqueros, los fabricantes de automóviles y todo el que se precie clama para que le ayuden, que sigan sacando dinero público para sanear despilfarros privados.

En fin que no logran dar con la solución para salir de este agujero porque los economistas que teóricamente deberían aportar soluciones, lo que hacen perder el tiempo en vaguedades, afirmaciones genéricas de falsas esperanzas, pero nada concreto. Ya lo leía el otro día, palabras de un economista, “las predicciones de los economistas lo único que consiguen es hacer respetables a la astrología”, y no anda muy equivocado, ya que cada vez que algún gurú de la economía habla, más ayudas piden.

Para terminar y cortarse las venas con la tarjeta VISA, lean lo que dice Manuel Vicent en su artículo del pasado domingo 22 de marzo: Pero en el futuro sucederá algo más horrible todavía, siguió clamando la ira de este profeta. Tarde o temprano esta crisis económica pasará y sobre una enorme extensión de bancos quebrados, empresas arruinadas, negocios hundidos y millones de parados, como en un campo de humeantes despojos, un día volverá a brotar la euforia debida a la inevitable codicia humana. Dentro de unos años, las orugas y hormigoneras reemprenderán la marcha allí donde dejó el tajo la especulación y en el extrarradio de las ciudades se extenderá hasta el mar un horizonte de grúas, de las cuales colgarán otra vez dioses con huevos de oro, pero después del baile volverá el castigo, y aún será peor la ruina. Con el sándwich en la mano, uno de los ejecutivos preguntó sin ocultar una morbosa ilusión: ¿Cuándo llegará la próxima codicia y comenzará de nuevo el baile? El profeta contestó: cuando los prohombres enterrados bajo vuestro trasero ordenen a las ratas que vuelvan a ocupar sus puestos en las altas finanzas”.

Por si les quedaba alguna esperanza, el futuro repetirá el pasado, por lo menos en el grado de codicia y la forma de acumular riquezas.

Y VIO LA LUZ


A Jesús Faría economista venezolano se le han encendido todas las luces. Una luz casi divina lo ha iluminado y lo ha envuelto en sabiduría. Él solo ha llegado a la conclusión que en su país hay que subir el precio de la gasolina, que dicho sea de paso en Venezuela es más barata que el agua o la leche, así que después de esta sabia ocurrencia, lo mejor será proponerlo para el próximo Nobel de economía, aunque ya se sabe las predicciones económicas hacen respetable a la astrología, por eso no es de extrañar que Farías haya descubierto, a lo mejor, un poco tarde que subsidiar los combustible no es una medida social, sino todo lo contrario, antisocial, porque prima de forma indiscriminada a cualquier economía doméstica; al que llena el depósito de utilitario y de igual manera al que llena el depósito del coche más caro y lujoso que se pueda ver en el mercado. Ahora sólo le queda convencer a los venezolanos que van a perder esa prebenda y no parece tarea fácil, ya que queda todavía el rescoldo del “caracazo” del año 1989. Espero que le salga bien y la cosa no vaya a mayores.

Proponen un aumento del precio de la gasolina para fortalecer las políticas sociales

ABN

Incrementar el precio de la gasolina en Venezuela sería una medida progresista que beneficiaría a la inmensa mayoría de la población, pues los millardos de bolívares que se gastan para subsidiar este combustible, son recursos que perfectamente se podrían destinar al financiamiento de políticas públicas y sociales, sostuvo el economista Jesús Faría, miembro de la Asociación Bolivariana de Economía Socialista (Abes) y del PSUV.



En una entrevista exclusiva, Faría declaró a la Agencia Bolivariana de Noticias, que “un gobierno revolucionario puede perfectamente incrementar el precio de la gasolina, pues esta sería una medida progresista que beneficiaría a la inmensa mayoría de la población”.

En este sentido, Faría explicó: “¿Cómo ocurrirá eso y por qué? Bueno, actualmente son millardos de bolívares los que se gastan para subsidiar la gasolina y esos son recursos que perfectamente se pueden destinar al financiamiento de políticas públicas y sociales que beneficiarían a una amplísima mayoría, sobre todo a aquella que no posee recursos suficientes para adquirir este producto, es decir, que no tienen automóviles para desplazarse”.

Al respecto, comentó que mientras una persona sin vehículo, por ejemplo, gasta para viajar de Caracas a Mérida en transporte público más de 100 bolívares fuertes, una persona con vehículo particular sólo gasta lo que le cuesta llenar el tanque de su carro, unos 10 bolívares fuertes.

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lunes, 30 de marzo de 2009

MAURICE JARRE

Con 84 años ha fallecido este compositor, Maurice Jarre. deja tras de sí una serie de bandas sonoras, algunas muy entrañables. Es el momento del recuerdo.

EL FIN DE LA JORNADA

Llevo unos días de tensión y de horas de espera en una sala de hospital. Es la segunda vez que me explican que los “cinco minutos” es una expresión muy, pero que muy flexible, aún así me he entrenado para no desesperar y que las cosas tienen que pasar y la angustia no conduce a una aceleración del proceso, ni mucho menos, así que ya llegará la calma y podré descansar. Tengo que reconocer que el antídoto para las esperas ya es muy conocido: la lectura, sí la lectura es una buena fórmula para salir del mundo, que es una sala de espera, una habitación de hospital o días sin horarios, así que me puse en situación y en eso me ayudó Henning Mankell y su última novela “El Chino”, Círculo de Lectores, 2008. Mankell es un viejo conocido desde “Los perros de Riga”, aunque esta última novela es mucho más “internacional”. Ya les contaré, por ahora quedan algunas páginas, pero piensen en un asesinato en masa en un caserío en Suecia, una jueza, que llega al caso por una casualidad, la historia de unos hermanos que “emigran” , secuestrados en Cantón y llevado a Estados Unidos a trabajar en el ferrocarril durante la conquista del oeste a mediados del siglo XIX, y la China actual. Sí, parece extraño y difícil de unir, pero eso sólo lo puede hacer Mankell de forma magistral, muy recomendable. Ya les contaré algo más de la novela.

Charles Baudelaire me sirve para indicar lo que se siente después de una jornada, que a lo mejor no tiene 24 horas, sino más.


EL FIN DE LA JORNADA

Bajo una pálida luz

Corre, danza y se retuerce

La Vida, impura y gritona.

Tan pronto como a los cielos

La gozosa noche asciende

Y todo, hasta el hambre calma,

Ocultando la vergüenza,

Se dice el Poeta: “¡Al fin!”

Mis vértebras, como mi alma,

Codician dulce reposo;

De fúnebres sueños lleno

La espalda reclinaré

Y rodaré entre tus velos

“¡Oh refrescante tiniebla!”

Charles Baudelaire [1821-1867]

A CIEGAS

Hace algunos días vi en el cine “A ciegas” del director brasileño Fernando Meirelles. Me gustó mucho porque logra poner en imágenes las consecuencias de una gran catástrofe, pero no tanto en lo que se refiere al entorno, o como dibuja la ciudad sin la luz, sin la visión y por tanto sin el orden que necesita la ciudadanía. Me refiero a otra cosa, como ante esa calamidad sale lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros y como hasta en las situaciones límites, extremas el egoísmo y avaricia no abandonan al ser humano.

No se pierdan el papel de Julianne Moore quien tiene los ojos, ve donde nadie ve y esa “ventaja” y responsabilidad le da un potencial de poder que tiene que administrar en función de el conjunto de principios y valores que no improvisa en ese momento, eso es imposible. Son los principios con los que había vivido allí en aquella situación nueva se ponen a prueba. Comer/no comer, matar/morir son algunas de las disyuntivas con las que se tiene que enfrentar Julianne, también el resto, pero ella tiene la responsabilidad añadida de disponer de lo que carece el resto de mortales. No les adelanto como las resuelve.

Después de ver la película y para castigar a mi insomnio volví a releer algunas páginas que tenía subrayadas de Ensayo sobre la ceguera, Alfaguara, 1996 de José Saramago del que Meirelles como director y Don Mckellar construyen el guión de A ciegas. Les dejo algunos párrafos. Espero que les resulten interesantes.

“lo más probable es que tarde o temprano se queden ciegos también ésos, además, tal como está la cosa, supongo que contagiados ya estamos todos, seguro que no queda nadie que no haya estado a la vista de un ciego. Si un ciego no ve, pregunto yo, cómo puede transmitir en mal por la vista, Mi general, ésa debe ser la enfermedad más lógica del mundo, el ojo que está ciego transmite la ceguera al ojo que ve, así de simple. Hay aquí un coronel que cree que la solución más sencilla sería ir matando a los ciegos a medida a medida que fueran quedándose sin vista, Muertos en vez de ciegos, el cuadro no iba a cambiar mucho, Estar ciego no es estar muerto, Sí, pero estar muerto sí es estar ciego, Bueno, el caso es que vais a mandarnos unos doscientos, […] Les voy a dar una noticia, aquel coronel de quien le hablaba hace un rato, se ha quedado ciego, A ver qué piensa ahora de aquella idea suya. Ya lo ha pensado, se ha pegado un tiro en la cabeza, Coherente actitud, sí señor, El ejército estará siempre dispuesto a dar ejemplo.”

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“De qué servían el jabón, las lejías, los detergentes por ahí olvidados, si las duchas, muchas de ellas, estaban atascadas o rotas las cañerías, sí los desagües devolvían el agua sucia, que salía de los cuartos de baño impregnando la madera del piso de los corredores, infiltrándose por las juntas de las tablas. En qué locura me voy a meter, dudó entonces la mujer del médico, aunque no exigiesen que los sirviera, cosa que podría suceder, yo misma no aguantaría ponerme a lavar, a limpiar, cuánto tiempo me durarían las fuerzas, ése no es trabajo para una persona sola. Su valor, que antes le había parecido tan firme, comenzaba a desmoronarse, a romperse en mil pedazos ante la realidad abyecta que invadía las narices y ofendía sus ojos, ahora que se presentaba el momento de pasar de las palabras a los actos.” Soy cobarde, murmuró exasperada, para eso más me valdría estar ciega, no andaría con veleidades de misionera.”


RECOMENDABLE LA BANDA SONORA DE MARCO ANTÔNIO GUIMARAES